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La formación de la Tierra y su evolución hasta hoy

de Mi Planeta

La formación de la Tierra y su desarrollo hasta el momento en el que nos encontramos, es una sucesión apasionante de acontecimientos en la que se alternan grandes eventos catastróficos con periodos de relativa tranquilidad, dominados por diferentes especies. Nuestra vida es tan corta comparada con la de la Tierra que tenemos la sensación de que su clima y su estado es completamente estable y que va a permanecer así. Sin embargo no es así. Nos encontramos en uno de esos cortos periodos de estabilidad, como los que ya sucedieron antes, en el que una especie dominante es dueña del planeta. Así, hasta que otro acontecimiento cambie la situación y permita quedarse solamente a los mejor adaptados.

Esta es la historia de un planeta, el nuestro, la cual no olvidemos que está escrita a base de investigaciones científicas pero también de conjeturas. Un gran papel borrador que variará con el tiempo y los nuevos hallazgos.

La formación de la Tierra

Para hablar de la formación de la Tierra, debemos remontarnos a la nebulosa protosolar que formó el Sistema Solar hace algo más de 4.500 millones de años. En el centro de esa nebulosa se formó el joven Sol, debido a las fuertes presiones y fuerzas ejercidas en el núcleo de la nebulosa. Pero la materia también se acumuló en órbitas lejanas a la estrella, dando lugar a los planetas. La formación de los planetas era a base de colisiones entre pequeños planetoides, eventos que sin lugar a dudas debían ser de lo más destructivos.

En su origen, la Tierra debía ser simplemente una masa incandescente, constantemente bombardeada por grandes objetos rocosos. Podríamos decir que era lo más parecido al infierno.

Se ha estimado que hace 4.533 millones de años, nuestra joven Tierra colisionó con un planeta del tamaño de Marte, al que conocemos como Tea. Tea que, por cierto, en la mitología griega es la Diosa madre de la Luna. Este gran impacto haría que ambos planetas se unieran en la Tierra y que la gran cantidad de material despedido al espacio acabara formando a nuestro satélite Lunar.

Nuestro planeta infernal poco a poco fue solidificando su corteza, convirtiéndose en un inhóspito y cálido lugar rocoso.

Planetas en formación

El agua de la vida

Hace 3.900 millones de años nuestro planeta era muy diferente. La Luna se encontraba mucho más cerca de la Tierra, ejerciendo fuerzas poderosas sobre nuestro planeta. La Tierra tardaba 6 horas solamente en realizar una rotación completa. Fue en este periodo en el que una gran lluvia de meteoros procedente de las partes exteriores del Sistema Solar, quizá atraídos por la acción gravitatoria de algún gran objeto, bombardeó la Tierra durante muchísimos años. Estos meteoritos trajeron consigo un gran regalo, el agua que hoy forma los océanos de nuestro planeta.

Este agua solidificaría definitivamente la superficie planetaria. La cercanía de la Luna provocaría todavía grandes mareas y tormentas durante muchos millones de años. Posteriormente, el progresivo alejamiento Lunar, ayudaría a nuestro planeta a frenar su rotación y calmaría las grandes masas de agua. Nos situamos hace 3.700 millones de años, momento en el que las erupciones volcánicas darían lugar a grandes islas en diferentes puntos del planeta, islas que posteriormente formarán diferentes continentes.

Aún siendo un planeta con agua y grandes continentes, la atmósfera de por entonces era tóxica y sofocante, un lugar completamente inhabitable. Nuevas lluvias de meteoros traerían nuevos elementos químicos a la Tierra, elementos que convertirían a los océanos en el caldo químico necesario para la aparición de las primeras formas de vida acuáticas. Se empezaban a dar las condiciones necesarias para la existencia de vida.

Agua sobre la Tierra

La proliferación de la vida

Hace 3.500 millones de años, en aguas poco profundas, aparecieron las primeras colonias de bacterias vivas, los estrematolitos, los cuales empezaron a realizar la fotosíntesis y a producir grandes cantidades de oxígeno.

Damos un gran salto de 2.000 millones de años y nos situamos hace 1.500 millones de años. En ese momento la Tierra gira más despacio, los días son más largos y las primeras placas tectónicas mueven a las pequeñas islas de la Tierra, formando un primer y único gran continente, al que conocemos como Rodinia.

Rodinia mantiene su estatus de supercontinente hasta hace 750 millones de años, momento en el que se parte en dos. Es un momento de grandes movimientos en la corteza terrestre. La gran actividad volcánica despide dióxido de carbono por toda la atmósfera. Progresivamente el planeta se va enfriando, dando lugar a la edad de hielo más larga del planeta, la conocida como Tierra bola de nieve. Todo el planeta se queda bajo una espesa capa de hielo de 3 kilómetros de espesor. El calor y la luz solar es reflejado continuamente por el hielo y devuelto al espacio, por lo que se hace imposible retener el calor suficiente para derretirlo.

Tierra bola de nieve duraría hasta hace unos 600 millones de años. Con el tiempo, numerosos volcanes emergerían entre el hielo, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Este gas, recalentaría el planeta de nuevo y derretiría la corteza helada, dando fin a esta etapa. El deshielo, liberaría a su vez, grandes cantidades de oxígeno de nuevo a la atmósfera.

Hace 540 millones de años la atmósfera es cálida como un día de verano. Los días duran 22 horas. En el océano, las primeras bacterias primitivas han evolucionado en todo este tiempo. Ahora hay plantas acuáticas por todas partes. Numerosos organismos multicelulares pueblan el lecho marino. De entre todos ellos, algunos de los que formaron los fósiles más famosos de nuestro tiempo, las Trilobitas. La vida sigue evolucionando en los océanos, dando lugar a seres monstruosos de tamaño considerable.

La vida fuera de los océanos

Hace 375 millones de años, la formación de la capa de ozono absorbe la radiación solar y permite la proliferación de la vida en la superficie del planeta. Algunas especies empiezan a abandonar las aguas de los océanos y evolucionan rápidamente para hasta hacer del suelo su hábitat natural.

No solamente los animales se extienden por el territorio. La vegetación se expande como una corriente de vida por todas partes, mejorando sus métodos reproductivos. Muchas plantas pasan de las esporas a las semillas, dando lugar a la proliferación de las plantas en lugares hasta ahora imposibles. Los artrópodos de por entonces, antepasados de los insectos, son enormes comparados con los de nuestra era.

Con el Hylonomus, el reptil más antiguo conocido, ya se había evolucionado a la reproducción ovípara. Hace 250 millones de años, estos pequeños lagartos fueron evolucionando hasta convertirse en los enormes terápsidos, animales antecesores de los dinosaurios.

Nos encontramos en la era en la que los terápsidos dominan la tierra, momento en el que se produce la extinción masiva del Pérmico. El 90% de la vida en los océanos pereció y más del 70% de los vertebrados terrestres. Varias hipótesis se barajan sobre lo que ocurrió, desde gran actividad volcánica, a un gran meteorito e incluso la liberación masiva de gases de efecto invernadero.

Con tal exterminio la vida tardó mucho tiempo en recuperarse. Pero como esta corriente energética nos muestra continuamente, la muerte es el inicio de una nueva oportunidad y nuevas especies hacen aparición.

Pangea y los dinosaurios

Nos situamos ahora hace 200 millones de años, en Pangea, un supercontinente único posterior a Rodinia y a Pannotia. Por aquel entonces la temperatura de la Tierra estaba estabilizada. La vegetación era abundante y se daban las condiciones perfectas para la vida. Es este el momento de los dinosaurios, como evolución de los pocos reptiles sobrevivientes a la extinción masiva del Pérmico. No son los únicos habitantes del planeta, pues los pequeños mamíferos también están presentes, adaptados a un medio hostil en el que eran presa fácil de los grandes saurios.

Hace unos 175 millones de años Pangea se empieza a fracturar, lo que dará lugar a la actual disposición de los continentes.

Aunque hay varias teorías al respecto de la extinción de los dinosaurios, una de las más plausibles es que hace 65 millones de años, un asteroide de unos 10 kilómetros de diámetro, cayera en el actual golfo de Méjico. Este acontecimiento desencadenaría una serie de consecuencias desastrosas para estos enormes animales. Los grandes saurios alejados del lugar del impacto también sufrirían las consecuencias en forma de enorme nube de ceniza, dando lugar a la desaparición de la mayoría de vegetación y por lo tanto de presas. Solamente los animales más pequeños, como los mamíferos, se salvarían de la hecatombe, acostumbrados a sobrevivir bajo tierra y a alimentarse de cualquier cosa.

Dinosaurio

La evolución hasta el ser humano

Hace 47 millones de años, aparecen los mamíferos que evolucionarían hacia los simios, y claro esta, posteriormente hacia los humanos.

Las placas siguen su movimiento, dando lugar a la cordillera del Himalaya. Hace 20 millones de años, los continentes y los océanos ya eran tal y como los conocemos hoy en día.

Sólo hace 4 millones de años desde que apareciera el primer ser humano. Prácticamente como si fuera un hecho casual, los cambios en el clima empujaron a estos seres a evolucionar y desplazarse hacia el interior del continente africano. Un simple acto de supervivencia nos llevó hasta donde estamos.

Hace 1,5 millones de años aparece el homo erectus. Hace 70.000 años que el homo sapiens empezó a cruzar desde África hacia Europa, a través del mar rojo. La glaciación Würn, o edad del hielo, duraría hasta hace prácticamente unos 10.000 años.

Y aunque parece que hace miles de años los polos tenían un clima tropical, hace más de 6.000 años que el hielo regresó al Ártico y a la Antártida.

Y desde este punto final, llegamos hasta nuestros días.

Pintura rupestre

El paso de los homínidos por la Tierra, de momento no llega al 0,01% de la vida total del planeta. Parece que llevamos aquí mucho tiempo, pero ni siquiera somos conscientes de que los dinosaurios reinaron en el planeta durante más de 40 veces el tiempo que lleva el hombre en él.

No sabemos qué deparará al planeta en el futuro y sobretodo que nos deparará a nosotros. Solamente hay una cosa cierta y es que los ciclos catastróficos y tranquilos en la Tierra, con los que empezamos este artículo, se seguirán sucediendo en el futuro. Otros seres vivos ya pasaron por ellos, con mayor o menor fortuna, aunque el ser humano dispone de armas muy distintas a éstos para hacer frente a semejante destino.

¿Conseguiremos un final diferente al de los que nos precedieron?

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