Hace cientos de años, en una pequeña aldea de casas de adobe y tejados de palma, un pequeño asentamiento de seres humanos se preparaba para el frío invierno. El verano no ha sido tan bueno como cabía esperar. La cosecha del verano anterior fue mejor, esta vez la sequía ha hecho mella en la fruta recogida y los cereales tampoco han sido abundantes. La falta de pastos tampoco ha ayudado con el ganado y la producción de quesos y la carne disponible tampoco es muy abundante. La llegada del invierno este año trae también la incertidumbre. Los recursos para este año serán insuficientes y según avance la estación llegarán las consecuencias. La espera a que llegue ese momento será agónica.
Marzo del año 2020. Millones de personas en el mundo, confinadas, observan incrédulas como avanza un enemigo invisible. El invierno llegó de nuevo a una sociedad que ya lo tenía olvidado.
La continua búsqueda de la felicidad
Nuestra sociedad actual no admite el fracaso, el dolor, la pérdida, la muerte… como algo inherente a la vida. Esas palabras tabú son tratadas con desprecio y se procura esconderlas tras la predominante FELICIDAD. Buscamos en el bienestar, en la alegría, en el placer, en la sonrisa, la continua felicidad. Escondemos el Yin para quedarnos solamente con el Yang.
Y sin embargo la felicidad está en saber encontrar el equilibrio entre esas dos aguas, en saber desenvolverse bien en el término medio.
Las consecuencias de convertir el Yin en un tabú
A nadie le gusta perder a los seres queridos, perder su empleo o tener un problema personal. Pero todo el mundo dice lo mismo tras superar ese trance. Las situaciones difíciles siempre terminan con un aprendizaje. Perder un empleo puede venir acompañado de la libertad de dedicarte a lo que de verdad te apasiona. Una depresión te puede reforzar para continuar con tu camino con nueva energía. La muerte de un ser querido puede llevarse mejor viviéndola desde los momentos felices vividos con esa persona (por eso es importante no perder ni un solo instante discutiendo con quién de verdad importa).
No nos engañemos, los inviernos seguirán llegando a nuestra vida. A veces más duros, otras veces más soportables. A día de hoy, con una pandemia sobre nuestras espaldas, es un buen momento para explorar esos miedos y empaparnos bien de ellos, pues tenemos nuestros nervios a flor de piel. Pero cuando esto haya pasado, seguirán llegando las situaciones difíciles y tenemos que disponer de un buen barco en el que navegar por ellas.
No vivas estos momentos con miedo y negatividad. Observa los sentimientos que te provoca, identifícalos y aprende a moverte en ellos.