La primavera, ya bien entrada, ha dejado atrás las últimas nevadas y da paso al calor del próximo verano. El agua fluye por todas partes. Las praderas y los bosques estallan en los múltiples colores de las flores. Animales e insectos proliferan por todas partes, animados por la abundancia del entorno que les permitirá subsistir. El calor incita a la reproducción, en el momento de mayor exuberancia de la naturaleza. La vida es como un río imparable que se extiende por todas partes y la sexualidad y la reproducción de las especies es motivo de alegría.
Beltane era una de las celebraciones más importantes de los pueblos antiguos. Para nuestros ancestros la llegada de Beltane era prácticamente la llegada del verano y por lo tanto llegaba de nuevo la abundancia a los campos y al ganado. Era la vuelta de la luz y el comienzo de la siembra y el pastoreo. Una fiesta de alegría, colores y aromas. La abundancia de la tierra era directamente relacionada con la fertilidad y la sexualidad, como no puede ser de otra forma, puesto que ellas forman parte de la floración y el ciclo reproductivo de las plantas. El ganado podía ser llevado de nuevo a las zonas de pasto de verano. Los animales volvían a tener crías. Los caminos dejaban de estar nevados y embarrados y se restablecía el comercio entre los pueblos cercanos.
Aunque las celebraciones de Beltane podían llegar a extenderse a lo largo de una semana, la celebración oficial es el día 1 de mayo, preferiblemente durante el día puesto que es una fiesta solar.
De la misma forma que Samhain, la fiesta antagónica a Beltane, es considerada una noche mágica en la que el velo entre el mundo de los vivos y el de los difuntos se desvanece, en Beltane ocurre algo parecido. Es un momento de equilibrio entre lo mágico y lo terrenal, un momento para recordar con alegría a los que nos precedieron en el mundo y que ahora forman parte de la energía natural de la tierra que expresa toda su plenitud.
Antiguas celebraciones
Una de las costumbres de Beltane más conocidas de las que han perdurado hasta nuestros días es la del “Palo de Beltane” o “Palo de Mayo”. El Palo de Beltane es un gran tronco (el tronco de Yule) desprendido de sus ramas, el cual es clavado verticalmente en el suelo. De la parte superior del Palo de Beltane se atan varias cintas de colores, que serán trenzadas al Palo de Beltane mediante un baile de sus participantes que se entremezclarán para decorar el palo. El Palo de Beltane representa el miembro del Dios que fecundará a la Diosa naturaleza y por ello se festeja a su alrededor.
Las flores eran las grandes protagonistas de la fiesta, por lo que eran habituales las guirnaldas de flores en el pelo de las mujeres, así como la decoración con motivos florales en distintos lugares de la casa. Así como el naranja es el color de las flores y los frutos del otoño por excelencia, en esta época del año las flores amarillas eran las protagonistas, el color amarillo del Dios Solar.
El rocío de las mañanas de Beltane era recogido y guardado para su uso en futuros rituales. Como si de un destilado alquímico se tratara, a esta esencia natural se le atribuían propiedades mágicas y curativas.
Igual que se hace en otras celebraciones solares, en Beltane se prendían gran cantidad de hogueras, en este caso las Hogueras de Beltane. Bailaban y brincaban sobre las fogatas para lograr la fertilidad y atraer la salud y prosperidad a sus vidas. Para dar bendecir y dar suerte al ganado en su camino a las áreas de pasto estivales, era habitual prender dos grandes piras, entre las que se hacía pasar a las vacas, costumbre que en algunos lugares ha perdurado hasta hace pocos siglos.
Según los mitos, en la noche de Beltane acontecía el “Hiero Gamos”, los rituales de iniciación en los que la representación del acto sexual de un rey con la Madre Tierra que regentaba, era considerado como crucial para la fecundidad de la misma. También se consideraba buen momento para encontrar pareja, los Handfastings (bodas ancestrales realizadas mediante la unión de manos) y las renovaciones de votos.
Los jóvenes pasaban la noche en los bosques, celebrando la fertilidad hasta el amanecer. Muchas chicas quedaban embarazadas durante esta noche, siendo conocidos los niños concebidos esta noche como los niños “alegremente obtenidos”. Hay que entender que el concepto de sexualidad, por aquel entonces, estaba menos dogmatizado y se veía con menos prejuicios.
La energía de Beltane fomentaba también las alianzas entre tribus y durante las celebraciones se fortalecían los lazos entre clanes y familias.
En muchos países todavía se celebra el Palo de Mayo, o Los Mayos, como se les conocen en los diferentes pueblos. Estas festividades no dejan de tener como origen el antiguo Beltane el cual, como ocurre con el resto de celebraciones paganas, quedó escondido tras otras festividades de origen cristiano con la intención de eliminarlo, cosa que finalmente no lograron.
Los Dioses de Beltane
Las religiones precristianas han asociado numerosos dioses a la divinidad solar. Uno de los más conocidos es el Dios Belenos, una divinidad de la luz y el fuego. El nombre de Belenos tiene el significado de brillante, “bello fuego”.
El mito dice que en esta etapa del ciclo anual, el Dios Belenos es un joven enérgico y vivo que despierta a la sexualidad. Agitado por la fuerza y la acción de la naturaleza, el Dios desea a su Diosa, la Madre Tierra. Ambos se enamoran y se acuestan sobre la hierba de los verdes prados para dar rienda suelta a su deseo. Como resultado de su unión, la Diosa queda embarazada del Dios. Posteriormente, en Samhain, Belenos morirá para renacer como su propio hijo en Yule.
Tampoco debemos olvidar a dioses como Cernunnos, que en Beltane es despedido para que se convierta en parte de la naturaleza y vuelva de nuevo en el siguiente ciclo.
Cosas que podemos hacer en casa
El ciclo primaveral en el que se encuentra Beltane es considerado un tiempo de inspiración y creatividad. La creatividad es un proceso algo etéreo, como el elemento aire que rige a la primera, en el que la inspiración incitada por la sensualidad de la actividad creativa da lugar a una creación. Del juego sensual del artista con el arte surge el fruto, que es su creación.
Es por lo tanto un gran momento para desarrollar y potenciar todas aquellas actividades que requieran inspiración y creatividad. Pintura, escritura, fotografía… pero no solo eso. Decorar la casa, cuidar del huerto, meditar, pasear por el campo… también pueden ser actividades creativas si las hacemos con esa intención consciente.
Dentro del paganismo es común la preparación saquitos de hierbas para la protección, así como la realización de sahumerios, pequeños rollitos de plantas y flores secas para quemar como los inciensos. Estos sahumerios se deben hacer atando diferentes tipos de plantas con un hilo natural y se dejan secar durante un par de semanas antes de que se pueda quemar. También hay quien prepara escobas para la limpieza y protección del hogar con los restos de alguna antigua cosecha o con retama seca. Quizá sea complicado hacer una escoba grande, por lo que se pueden hacer pequeñas escobas decorativas en su lugar.
La decoración de algunos lugares de nuestra casa con flores, o las coronas de las mismas también es algo que podemos hacer. De todas formas hay que ser cuidadoso y respetuoso con ellas y tratar de recoger la menor cantidad posible. Se dice, además, que las hadas de los bosques solamente admiten la recogida de flores la mañana de Beltane, así que tenedlo en cuenta.
Si tenéis todavía el árbol o el Palo de Yule, podéis decorarlo con cintas de colores, trenzándolas a su alrededor. Si no lo tenéis, podéis coger uno nuevo. Si puede ser un palo alto, mejor. Y si no bastará con un pequeño tronco. También queda muy bonito decorar con cintas algunos árboles o plantas que podáis tener en casa.
Honrar al Dios y la Diosa, es decir, lo masculino y lo femenino, es fundamental en esta festividad. Por lo que no olvidéis brindar por la abundancia y la fertilidad, así como por los aspectos masculinos y femeninos que la hacen posible.