La festividad del Solsticio de Verano (popularmente conocida como Litha) es una de las fiestas más conocidas y celebradas de la Rueda del Año. A pesar de haber sido rebautizada como San Juan por el cristianismo, el Solsticio de Verano ha llegado hasta nuestros días en su forma pagana prácticamente como se celebraba en la antigüedad.
Litha es una fiesta de luz de fuego y de calor. Los días son largos, tenemos el verano todavía por delante y esto es motivo de fiesta y alegría. Sin embargo no nos dejemos engañar por el espejismo puesto que todos nosotros sabemos que después de Litha, los días se acortan y el Sol emprende su viaje de vuelta a la oscuridad.
La fiesta del Sol
La festividad de Litha, o Solsticio de Verano, marca el momento en el que el Sol empieza a decrecer y los días se vuelven a hacer más cortos. Según el antiguo calendario pagano el verano comenzaría en Beltane y culminaría en Lughnasadh, siendo el Solsticio de Verano el punto medio.
En el Solsticio de Verano, las comunidades paganas festejaban el momento culmen del Sol. La naturaleza está en su mayor apogeo, empieza la maduración de muchos frutos, se realizaban casamientos, se bendecía a las personas, animales y cultivos. Era motivo de fiesta y alegría.
Sin embargo el Solsticio de Verano es una celebración con un doble aspecto agridulce. Por una parte se celebra el apogeo del padre solar, su momento cumbre, la jornada en la que se nos acompaña durante más tiempo. Pero por otro lado, en el preciso instante en el que se alcanza el Solsticio, pasaremos del momento de apogeo del Sol al inicio de su decadencia. A partir de ahora los días se harán más cortos y el Sol nos irá abandonando progresivamente. El calor, las cosechas y la alegría del verano nos acompañarán todavía durante unos meses pero al mismo tiempo también somos conscientes de que empezamos la etapa oscura. Lenta pero inexorablemente veremos de nuevo como el espejismo vuelve a desaparecer hasta que finalmente el astro muera en Samhain.
De la misma forma que el invierno es un periodo de recogimiento y trabajo interior, el verano es momento de expansión y apertura al exterior. La temperatura incita a salir y a pasar más tiempo fuera de casa. La vida es tranquila y agradable y los días son largos y calurosos. Para las comunidades agrícolas era tiempo de celebración, puesto que por fin se obtenía el resultado del trabajo realizado durante los meses previos.
Litha en la mitología
Recordemos que entre Beltane y Litha, la Diosa ha quedado embarazada del Dios y en su vientre lleva a una nueva vida. Una vida que es el propio Padre Solar que renacerá de nuevo en el Solsticio de Invierno, momento a partir del cual los días volverán a hacerse más largos. Así pues, a pesar de que a partir de ahora somos conocedores de la próxima muerte del Dios, también albergamos la esperanza de su renacimiento con la llegada del frío invierno.
Otro de los mitos ampliamente conocido es el del Rey del Roble y el Rey del Acebo. Ambos reyes van sucediendo su reinado en las mitades crecientes y menguantes del año. Así pues, en Litha el Rey del Roble cae derrotado por su hermano gemelo, el Rey del Acebo, Dios del año menguante. En Yule (Solsticio de Invierno) será el Rey del Acebo el derrotado por su hermano el Rey del Roble. Esta sucesión de reinados es necesaria y refleja el carácter dual del Dios. En cada cambio de fase, uno de los dos reyes se sacrifica en pos del otro, a sabiendas que ese sacrificio le permitirá evolucionar para vencer más adelante desde su mitad anual. Esta lucha de hermanos no es más que la lucha interna entre los aspectos duales del mismo hombre.
Litha y los elementos
El fuego es el gran protagonista del verano, como no podría ser de otra manera, y esta es su estación y su fiesta. El calor de la época nos evoca la intensidad y fervor del fuego. Durante las celebraciones de Litha, los druidas encendían fuegos circulares en los lugares sagrados, que mantenían vivos durante toda la noche para dar energía y honrar al Padre Solar.
Las hogueras siempre han sido creadoras del fuego alquímico y purificador. Es por ello por lo que en muchos lugares todavía se celebra la llegada del Solsticio (o San Juan, como fue renombrada por el catolicismo) con hogueras y fiestas de fuego. El fuego purificador que se lleva lo antiguo entre sus brasas e insufla energía a los nuevos proyectos que llegan. Es por eso por lo que se tenía, y se tiene, la costumbre de quemar trastos viejos y se focaliza la energía personal en nuevos proyectos. Sin duda es el momento más adecuado para ello. Tradicionalmente se solía saltar sobre la hoguera o el caldero como símbolo de buena suerte, protección, fertilidad o salud.
Litha es el mejor momento para observar a las semillas internas y deseos que plantamos los meses anteriores y para retomar los proyectos que se han dejado a medias.
El fuego, además de ser un símbolo de purificación, es también símbolo de fertilidad, algo que también se honra profundamente durante esta fiesta. Las plantas y las flores tienen un gran poder esta noche, así como los seres elementales que las cuidan. La conexión con la Madre Tierra y con lo femenino es, por lo tanto, inevitable. Una de las costumbres que practicaban algunas mujeres, era la de la recogida de la verbena (de ahí que la fiesta sea conocida con este nombre en algunos lugares) a media noche, como condición mágica para encontrar al amor deseado.
Pero no solamente el fuego es un elemento fundamental. De igual manera, el agua es un elemento muy importante de esta fiesta. El agua también es símbolo de purificación y renovación. Es por ello por lo que en esta fiesta también es muy habitual darse un baño en la playa o un riachuelo. Sabéis también que el rocío de la mañana es un extracto del elemento líquido muy valorado, así pues aprovechad también para recogerlo.
Una noche mágica
De la misma forma que ocurre con Samhaín, Litha es una festividad mágica en la que caen los delgados velos que separan el mundo terrenal del mundo espiritual. Se abren puertas que nos acercan a otros planos, siendo lo sutil mucho más fácil de percibir, especialmente a partir del crepúsculo. Momento para honrar y recordar a los que ya no están.
El carácter mágico de la fiesta hace que se considere que cualquier elemento recogido durante la jornada sea especialmente poderoso. Por lo tanto es un buen momento para la recogida de hierbas, piedras, palitos y cualquier otra cosa que necesites usar. Aprovecha para hacerlo de forma consciente y con el debido respeto hacia la planta.
Celebrando Litha
Como todas las festividades de la Rueda del Año, lo mejor es que celebréis Litha con el ritual que más resuene con vosotros. Lo ideal sería acudir a algún lugar natural, si fuera posible, y realizar un pequeño picnic o recojáis los elementos que hemos comentado más arriba.
Si estáis en un lugar en el que se pueda encender un fuego o una vela (mucho cuidado de hacer esto en el campo y si lo hacéis en la playa recoged todos los restos). En el fuego, si es posible, podréis quemar un papel en el que previamente hayáis escrito algo de lo que os queráis desprender. Si encendéis una vela, los tonos rojos o naranjas son los más adecuados para ello. Podéis recuperar un tizón de este fuego sagrado para posteriormente preparar agua lustral con él.
Darse un baño en la playa o en la orilla de un riachuelo es una costumbre habitual, como acto de regeneración.
Por último, todo lo relacionado con el Sol puede ser utilizado para decorar en Litha. Por ejemplo un Atrapasol, o decoración relacionada con el Sol y el fuego.
Desde Mi Planeta os deseamos un feliz Solsticio de Verano.