Esta semana, con el equinoccio de otoño, cambiamos de estación e iniciamos de nuevo el camino hacia el declive. La naturaleza ya está perdiendo su exuberancia, el Sol pierde fuerza y los días se hacen cada vez más cortos, dando inicio a la época oscura del año.
El equinoccio de otoño marca el momento en el que los días y las noches igualan de nuevo sus horas. Es a partir de entonces cuando el día perderá su fuerza y la noche ganará la batalla a la luz, llevándonos de nuevo a la época oscura de recogimiento y de reposo después del ajetreo de los meses anteriores.
La naturaleza pierde fuerza y se prepara para los duros meses de invierno. La caída de las hojas da al paisaje ese tono ocre del otoño, tan característico y bello a la vez. Nuevos frutos hacen acto de presencia en nuestros mercados, como las castañas, los boniatos y la calabaza.
Tradicionalmente en las culturas celtas, Mabon era el momento de agradecer a la Madre Tierra los frutos recogidos durante el verano, celebrando también la última de las cosechas. Las semillas eran guardadas como el regalo de la naturaleza para poder sembrar en la próxima temporada y así volver a iniciar de nuevo el ciclo de fecundidad de la primavera.
Trasladado a un plano un poco más espiritual, Mabon es el momento de reflexionar y agradecer los éxitos cosechados durante el año y guardar la semilla de enseñanza que hemos obtenido de ese proceso para volver a sembrarla el año que viene. También es tiempo de deshacerse de aquello que no funcionó, de aquellos proyectos que no dieron fruto pero que también formaron parte de nuestra experiencia vital.
Aceptad la vuelta de la oscuridad y disfrutad también de ella, ya sin otoño tampoco habría primavera. Maravillaos con los paisajes y decorad la casa con estilo otoñal, puede ser una gran idea para mantenerse alegre. Comed frutos de temporada y buscad recetas otoñales. En definitiva, feliz Mabon para todos.
