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Ciudadano 2.0

de Mi Planeta

No siempre es culpa de los individuos, las personas que hoy habitamos el planeta hemos nacido en una sociedad así. Es tan normal actuar de esta manera que ya ni siquiera nos planteamos si existe alguna otra forma de hacer las cosas. El consumo es el motor, el centro de la sociedad del capitalismo, nuestra forma de vida. Se dice que no es un sistema perfecto pero que, en cualquier caso, es el que funciona. Se supone que la competencia y la acumulación de bienes es lo que nos motiva, por encima de otras cosas como los valores y el respeto a nuestro entorno y a los demás.

libertad

Como en otras ocasiones quizás simplemente estemos en un ciclo, uno que finalizará y que dará paso a otro. Los mayas marcaron el 21 de diciembre de 2012 como el día en que se produciría un gran cambio en la humanidad. Algunos lo interpretaron como el fin del mundo pero quizá esa fecha realmente marque el inicio del nuevo periodo que puede estar empezando, aunque aparentemente en los dos últimos años no hemos notado grandes diferencias en nuestras vidas.

Lo que es evidente es que el actual ritmo de consumo no nos lleva a ninguna parte. El incremento año tras año del número de habitantes del planeta, así como el aumento de la media de recursos que necesitamos por persona para satisfacer nuestro afán consumista, están desgastando por completo el planeta. Ya no es un secreto para nadie y ya no vale decir que no nos han avisado. Los glaciares se están retirando de las zonas montañosas, los polos se están derritiendo y las cuatro estaciones parecen estar mezclándose con temperaturas extremas en cualquier época del año.

Más de la mitad del agua dulce disponible en el planeta se encuentra congelada en los polos y en glaciares, así que si se derriten y sumamos la pérdida de ese agua a la de los pozos que se verían inundados de agua de mar en caso de que el nivel de éste aumentara y anegara zonas costeras, os podéis hacer una idea de la envergadura del problema en el que nos encontraremos. Los países y continentes que se encuentran en las zonas más frías del globo, cambiarán el hielo por zonas verdes. Pero los que actualmente son países secos, como es el caso de España, pasarán a verse convertidos en nuevos desiertos. Y podéis estar seguros de que en una situación extrema como esa, no aflorará la humanidad ni la caridad con los exiliados, sino que los enfrentamientos serán brutales. Todo esto ya no es algo que pueda negar el primo de Rajoy. Todo esto es una realidad que está empezando. Podéis preguntar a cualquier persona que frecuente los glaciares del Pirineo, por ejemplo. No necesitará recordar anécdotas de sus abuelos para comparar los glaciales de hace un siglo con los actuales. Le bastará con comparar cómo estaban los glaciares de los picos más altos hace 5 años y cómo están ahora.

Lo más triste de todo es que tenemos tecnologías y medios suficientes como para reducir nuestro impacto sobre el planeta. Las energías renovables junto con la aparición de otras tecnologías como las baterías de alta eficiencia y los sistemas inteligentes, podrían ayudarnos a eliminar en gran medida nuestras emisiones de gases. Los coches eléctricos son una realidad que ya está aquí. Y entonces, ¿qué es lo que hace que todo esto llegue a nuestros hogares? De nuevo nuestra forma de vida, el motor de nuestra sociedad, la competencia sin escrúpulos. Esa competencia es la que prioriza el beneficio económico sobre el beneficio ecológico y social. Esa competencia es la que concede licencias a las empresas para hacer lo que sea, independientemente de los derechos que se vulneren. Esa competencia es la que tiene comprada a los políticos, empleados públicos al servicio de las grandes corporaciones.

Fijaos hasta qué punto hemos llegado. Las semillas, algo que procede de la naturaleza, han sido modificadas genéticamente e introducidas de forma progresiva en nuestros cultivos por gigantescas corporaciones como Monsanto. Los agricultores tienen serios problemas para comprar semillas que no sean estas, las cuales para colmo están patentadas. Es decir, han sabido eliminar lo natural y gratuito para introducir lo artificial y de propiedad.  Y ¿qué me decís de la absurda obsesión con la búsqueda de petróleo? ¿De qué nos sirve seguir obcecados en usar técnicas agresivas con el subsuelo, como por ejemplo el fracking, para seguir buscando petróleo? Aunque estas técnicas lleguen a funcionar, ¿para cuánto tiempo más nos va a dar ese petróleo que saquemos? Tenemos aquí al lado una fuente de energía, que es el Sol, que nos va a durar todavía miles de millones de años. ¿De verdad creéis que no ha llegado ya el momento de empezar a explotarlo en serio? ¿Tenemos que esperar a estar en una situación límite para que esto sea una prioridad?

Mientras que sigamos teniendo gobernantes sin escrúpulos y motivados únicamente por su propio beneficio, no vamos a conseguir nada. Mientras la sociedad no exija una justificación de lo que se está haciendo en materia medioambiental y social y antepongan estas políticas a otras como las económicas, no vamos a conseguir nada. Mientras las personas no nos demos cuenta de que la mayor satisfacción que puede sentir el ser humano no se encuentra en consumir, tras consumir y tras consumir, no conseguiremos nada.

¿Has indagado alguna vez sobre estas cosas? ¿Has participado en algún grupo, asociación o asamblea relacionada con estos temas? Si es que no, intenta leer un poco al respecto para enterarte. Piensa que ni políticos ni los medios te van a explicar nunca nada de esto, están comprados y no les interesa que determinadas cosas sean de conocimiento general. Pero es una verdad conocida y que está ahí fuera, solamente tienes que buscar la forma de informarte.

Y una vez que empieces a ver la realidad, cámbiala. No va a haber un mañana para hacerlo, el momento es ahora. Para empezar, trata de reducir drásticamente tu consumo. Puedes compartir, alquilar, intercambiar y regalar las cosas. No necesitas tener un coche en el garaje, puedes alquilarlo o compartirlo. Hay más de 20 millones de vehículos en activo solamente en España, piensa en la cantidad de horas que se encuentran parados cada uno de ellos. No necesitas tener una casa en propiedad, más un apartamento en la playa y otro en la montaña. Puedes alquilar tu hogar y tus apartamentos vacacionales y cuando te canses de ellos, cambiarlos por otros. No necesitas tener todas las herramientas del mercado, las puedes compartir con tus vecinos. No necesitas el último modelo de teléfono móvil, el último reloj inteligente, una bicicleta por persona, un montón de juguetes nuevos para tus niños, un televisor en cada habitación, cambiar los muebles de la casa cada dos años por otros nuevos, un armario lleno de ropa de la nueva temporada. No necesitas nada de eso, porque muchas de esas cosas te las compras porque “es lo que se lleva” o porque “no caíste en que era mucho más económico alquilarlo o pedirlo prestado” en lugar de comprarlo.

¿Te ves más satisfecho pagando una hipoteca, la letra del coche y todos sus gastos derivados, y acumulando un montón de cosas en el trastero a las que les darás un solo uso en lugar de pagando un alquiler? ¿No anhelas esa sensación de libertad en la que sabes que en cualquier momento podrías hacer las maletas porque no debes nada a nadie ni tienes nada que perder?

¿Y entonces, cómo crees que serás más libre?

Imagen de portada: Foto @eflon, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

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