¿Consumo colaborativo? ¿Y eso qué es?
Pues es el trueque. El intercambio de cosas o servicios, que viene del pasado y parece que reaparece en el futuro.
¿Y por qué reaparece de nuevo?
Pues porque con la crisis, la gente se está moviendo y se está empezando a buscar alternativas al consumo tradicional. Intercambiar cosas te permite encontrar bienes y servicios mejor de precio, de segunda mano y no gravados ni con IVA ni con otros impuestos. Además el movimiento se ve muy favorecido por la tecnología. Es mucho más sencillo encontrar bienes o servicios de nuestro interés en comunidades de consumo colaborativo on-line que yendo directamente a una tienda e intentar que te cambien un kilo de tomates por una pulsera hecha a mano.
¿Intercambiar cosas sin estar gravadas por impuestos es legal?
Pues podríamos decir que es alegal ya que de momento no hay ninguna ley que prohíba el intercambio de cosas o que te obligue a cobrar impuestos por ello. Pero bueno, que no nos extrañe si en el futuro se obliga el pago de impuestos, ya que donde hay “negocio” siempre acaban intentando meter la mano. Lo mismo también volvemos al pasado con esto y si cambiamos 100g de arroz nos quitarán 10g de impuestos o implantarán el derecho de pernada. Así podrán darnos bien por el c**o sin ser ilegal.
Recientemente se ha publicado una noticia al respecto del consumo colaborativo. La noticia habla de la supuesta competencia desleal que están haciendo algunas webs dedicadas a publicitar intercambio de bienes a las empresas que se dedican a vender esos bienes. Concretamente hablan del caso de una empresa de autobuses que ha denunciado a blablacar.com porque consideran que compartir coche en lugar de usar sus autobuses supone una competencia desleal teniendo en cuenta que puede ser que se esté haciendo negocio con el alquiler de ese vehículo, que no se sabe qué tipo de seguro tiene el conductor ni si cubre a todos los pasajeros ni ofrecen ningún tipo de garantías que a ellos les cuesta un dinero. También se habla de la competencia desleal de las webs de intercambio de apartamentos en vacaciones denunciada por los hoteles.
El problema
Pues el problema viene, como siempre, por la inexistencia de leyes adecuadas que regulen todo esto. Porque lo que es cierto es que tú no tienes por qué pagar a una empresas de autobuses un viaje que puedes hacer por mucho menos dinero compartiendo coche. Pero también es verdad que si compartes coche tienes derecho a estar cubierto por el seguro del propietario del coche. Y ¿qué pasa con las garantías de un producto intercambiado sin factura?
La solución
Pues ahora mismo solamente tiene una solución. Y esta es que si intercambias un bien o un servicio, tú te encargues de comprobar que todo está en regla, que el producto que obtienes está en perfectas condiciones y que si necesitas un seguro te lo hagas tú personalmente. Y si finalmente el producto no es de la calidad que esperabas, pues tendrás que hacer frente a los gastos que ello conlleve.
Pero no debería ser muy difícil conseguir unas leyes que permitieran intercambiar bienes o servicios con unas garantías mínimas, sobretodo cuando la integridad de la persona está en juego. Y evidentemente sin tener que pagar un 21% en impuestos.
Te recomendamos que lo pruebes
Sí, te recomendamos que lo pruebes para que saques tus propias conclusiones. Además tienes muchísimas formas de ser un consumista colaborativo:
- Compartiendo tu viaje en coche y los gastos.
- Compartiendo tu plaza de aparcamiento por horas.
- Compartiendo el coche.
- Intercambiando tu residencia vacacional en la playa con otra persona que la tenga en la montaña.
- Ofrece servicios en bancos de tiempo.
- Ofrece cosas que no uses como ropa o carritos de bebé a cambio de otros artículos de segunda mano de niños de la edad de tus hijos.
- Comparte aficiones y actividades de ocio.
- Comparte libros, discos …
- Comparte un espacio en tu oficina.
Tienes miles de formas para compartir y consumir de una forma diferente.
Te aconsejamos que consultes www.consumocolaborativo.com para más información.