Torrijas, pestiños, buñuelos, huesos de santo, roscones, leche frita, arroz con leche, roscos de anís… sin lugar a dudas, los dulces de semana santa son un claro ejemplo del nivel de la gastronomía tradicional en nuestro país. Cualquiera de ellos, bien elaborados con la receta de la abuela, ganaría al postre más sofisticado de cualquier restaurante de tres estrellas Michelín.
El origen de los dulces
El origen de los dulces de Semana Santa es sencillo, solamente que en función del lugar se han hecho más populares unos que otros. Durante el periodo de cuaresma, que va del miércoles de ceniza al domingo de ramos, previo a la Semana Santa, antiguamente era habitual realizar ayuno y abstinencia, lo que implicaba tomar un único plato en todo el día y la prohibición de comer carne en alguno de ellos. Por lo tanto, para compensar esa carencia de calorías, se elaboraban postres que proporcionaran ese aporte energético extra necesario. Con el paso del tiempo esa necesidad se fue convirtiendo en tradición por lo que en nuestros días es típico que alguno de esos dulces solamente sea habitual tomarlo en Semana Santa. Otros en cambio se pueden encontrar en nuestros menús en cualquier época del año. Nosotros, por ejemplo, hacemos torrijas solamente una vez al año, cosa incomprensible ya que semejante manjar debería estar presente en nuestros postres más amenudo.
Algunos dulces han sufrido una metamorfosis tal que poco tienen que ver con el original. Es el caso, por ejemplo, de las monas de pascua, típicas en Cataluña, Valencia o Murcia, por ejemplo. Lo que antes era un roscón ahora se ha convertido en una tarta de mantequilla, decorada con figuras de chocolate y con muñecos para atraer a los niños.
Queremos dejar una aportación y dejaros aquí nuestra receta de las torrijas. Os podemos asegurar que son espectaculares.
Receta de Torrijas
Ingredientes
- Pan de torrija
- Leche
- Azúcar
- Canela
- Huevo
- Aceite
Elaboración
- Cortar el pan en rodajas de unos 2 centímetros de grosor y en diagonal, de forma que queden un poco más grandes.
- Calentar la leche con el azúcar y la canela. Para 1,5 litros de leche, unas 4 cucharadas de azúcar y 2 ramas de canela.
- Antes de que empiece a hervir la leche, retirar del fuego y verter sobre el pan para que quede bien empapado. Dar la vuelta al pan para que empape bien por las dos caras.
- Una vez el pan haya absorbido toda la leche, batir los huevos y poner un dedo de aceite a calentar en la sartén. Cuando esté bien caliente, pasar el pan por el huevo y freír en la sartén por las dos caras hasta que queden doraditas.
- Colocar las torrijas sobre un papel de cocina para que absorba el aceite sobrante y echar azúcar por encima.
- Una vez frías y antes de servir, volver a echar azúcar para que mejorar la presentación.
- Y no os olvidéis de guardar el aceite utilizado para reciclarlo en un punto limpio.