Aunque los días siguen siendo muy calurosos, el otoño ya está aquí. Por las mañanas refresca y se nota que los días son más cortos. Empezamos a preparar nuestros hábitos para ir adaptándonos al invierno que pronto nos visitara. El otoño llega con novedades y con muchas actividades para hacer si le ponemos un poco de imaginación.
Aunque le está costando marchar, parece que finalmente el verano empieza a abandonarnos. La AEMET ya ha avisado de que este otoño será más cálido y más lluvioso de lo habitual y que el pasado verano ha sido el segundo más caluroso desde 1961, que es desde cuando se tienen registros. Este cambio climático está dejando de ser una profecía de predicadores meteorológicos y ecologistas para convertirse en una realidad palpable en nuestra propia piel. ¿Quién piensa de verdad que este verano no ha sido tan caluroso como los anteriores?
El otoño llegó el pasado miércoles 23 de septiembre y se quedará con nosotros hasta el 22 de diciembre. El inicio del frío y el acortamiento de los días convierten a esta estación en una de las más odiadas por los españoles. Se terminaron esas largas tardes de terracita hasta las 21:00, las camisas de manga corta, las sandalias y las faldas, dando paso a los abrigos de entretiempo, a los jerséis y a los pañuelos. Volvieron los catarros, la tos y los mocos a colegios y guarderías.
Pero como nosotros somos raros y nos gusta llevar la contraria, nos encanta el otoño porque con él siempre llegan muchas novedades, muchas más que con cualquiera de las otras estaciones.
Días cortos y fríos
La principal novedad que nos trae el otoño tiene que ver con la temperatura y duración de nuestros días. No sé muy bien por qué, pero mucha gente piensa que la distancia de la tierra con respecto al sol en su movimiento de traslación a lo largo de su órbita elíptica, es la culpable de la diferencia de temperatura entre invierno y verano, algo que no es cierto. De hecho, en el verano español el sol se encuentra más alejado de la tierra que en el invierno.
En realidad es el eje de inclinación de la tierra con respecto al sol el que determinará la temperatura de estas dos estaciones. Pongamos como ejemplo el caso de nuestro país. En los meses de junio a septiembre el eje de inclinación de la tierra hace que los rayos del sol incidan más directamente sobre nosotros que sobre el hemisferio sur, es decir, estamos más expuestos al sol. Por eso durante esos meses en España es verano y en el otro hemisferio es invierno y los días son más largos. En cambio, cuando es invierno en nuestro país, no estamos tan expuestos a los rayos del sol, llegan a nosotros con menos incidencia (y por lo tanto calientan menos) y los días se van acortando mientras que en el hemisferio sur pasa lo contrario.
Si nuestro verano coincidiera con una menor distancia tierra – sol que en invierno, entonces nuestros veranos serían un poquito más calurosos y nuestros inviernos algo más fríos. Aunque la distancia entre la tierra y el sol tiene poca importancia en nuestras temperaturas, afortunadamente juega a nuestro favor.
Caen las hojas
Una de las estampas más representativas de los árboles es la de la caída de sus hojas. Y ¿Por qué ocurre eso? En otoño las horas de luz se reducen, hay menos radiación solar y los suelos muchas veces se hielan, lo que dificulta que las raíces obtengan agua y nutrientes. En esas condiciones, la productividad de las hojas disminuye y al árbol le es más costoso mantener el follaje que lo que éste produce. Es entonces cuando lo más rentable para el árbol es perder la hoja y tratar de pasar la estación desfavorable en un estado de baja actividad. Al retirar el suministro de savia y clorofila, ésta muere y finalmente cae.
Como consecuencia de esta caída de hojas, bosques enteros de árboles caducifolios pasan de tener tonalidades verdes a tener una gran variedad de colores rojizos y amarillos.
En España, por esta época, hordas de gentes se lanzan al monte buscando poder contemplar la belleza de estos bosques, muchos de los cuales están formados de Hayas. Sí, es la época de las visitas a los hayedos, que ven multiplicado por mucho el número de visitantes entre los meses de octubre y noviembre. El norte de España se lleva la palma en la cantidad y espectacularidad de sus hayedos. Asturias, Cantabria, País Vasco y Huesca tienen prácticamente todos los hayedos del país. Cerca de Madrid, esta especie se reparte entre los hayedos de Montejo de la Sierra (Madrid), de La Tejera Negra (Guadalajara) y de La Pedrosa (Segovia). Demasiada gente para tan poco espacio ha provocado que pasear por La Tejera Negra o por La Pedrosa se convierta en un auténtico calvario de peregrinos en estos meses e incluso ha llevado a regular la entrada al Hayedo de Montejo con un número determinado de entradas por día y siempre en grupos acompañados por un guía.
En el mapa que os dejamos a continuación veréis dónde están ubicados los hayedos más conocidos de la península.
Astronomía
El otoño astronómico de este año viene cargado de eventos.
Para empezar, la noche del 27 al 28 de septiembre ocurrió un eclipse total de luna que fue visible desde nuestro país.
La primera lluvia de meteoros importante será la de las dracónicas, cuyo máximo alcanzará el 8 de octubre, seguida de las Leónidas sobre el 17 de noviembre y las Gemínidas alrededor del 13 de diciembre.
Se darán 3 lunas llenas el 28 de septiembre, el 27 de octubre y el 25 de noviembre.
Durante este periodo serán observable en el cielo matutino los planetas Venus (muy brillante al inicio de la estación), Marte y Júpiter. Hacia el final del otoño se unirá Saturno, el cual será observable de noche hasta mediados de noviembre.
El domingo 25 de octubre tendrá lugar el cambio de hora y pasaremos de nuevo a nuestro horario de invierno. A las 3 de la madrugada volverá a ser las 2, es decir, dormiremos una hora más.
Fiestas
Otoño también es tiempo de fiestas. Es imposible dejarse ninguna, pero entre las más famosas que recordamos se encuentran las Fiestas de Otoño (Lleida), Fiesta de la Mercè (Barcelona), Fiesta de Santa Tecla (Tarragona), Festival del Medio Otoño (China), Oktoberfest (Munich), San Saturio (Soria), Fiestas del Pilar (Zaragoza), Fiesta de la Rosa del Azafrán (Consuegra), San Narciso (Girona), San Frutos (Segovia), Mercado de Gernika, Castanyada (Cataluña), Halloween (Mundial), Día de los muertos (México), Fiesta de las Luminarias (Celaya), La Almudena (Madrid), San Clemente (Lorca), Día de acción de gracias (Estados Unidos), Encendido del árbol de navidad (Nueva York), La Inmaculada o el Mercado Medieval de Vic.
Gastronomía
Sin duda el mes de octubre es uno de los favoritos para los aficionados a la micología. Con las primeras lluvias las setas aparecen por todas partes y los aficionados a recogerlas también. Boletus y níscalos parece que son las favoritas, tanto por su fácil identificación como por su sabor. No os contamos nada nuevo si os decimos que es importante estar seguro de qué tipo de seta se trata antes de consumirla, todos los años hay intoxicaciones. Recordad también que en determinadas zonas, como por ejemplo en Segovia, se necesita de un permiso para poder recogerlas.
Las castañas y los boniatos también son frutos típicos de esta estación, de hecho ellos son el eje central de la fiesta de La Castanyada que se celebra en Cataluña. Y no son los únicos, vienen acompañados de otras frutas como granadas, chirimoyas, kiwis, uvas, higos, caquis, naranjas y mandarinas. No podemos olvidarnos tampoco de las calabazas, tan famosas ahora con Halloween.
Los dulces tienen un apartado muy importante en la gastronomía de otoño, siendo los más famosos los panellets, los buñuelos de viento, los huesos de santo, el dulce de membrillo, las tartas de castaña y las torrijas (aunque éstas hay quien solo las come en Semana Santa).
Actividades para el otoño
Algunas de estas actividades ya las hemos ido mencionando en los apartados anteriores, pero pensemos de nuevo cositas apetecibles para hacer para niños y mayores cuando empieza a llegar el fresquito del otoño:
- Hacer un picnic en el campo o la montaña: ya hace menos calor y se vuelve más apetecible salir a pasear a un sitio con naturaleza. Además los días todavía no son muy cortos.
- Hacer una fiesta de dulces y frutos de temporada: asar castañas, boniatos, comer calabaza, cualquiera de ellas es buena para justificar hacer una merienda o cena especial y celebrar la llegada del otoño.
- Decorar la casa: démosle a nuestro hogar un toque otoñal con hojas secas, frutos, dibujos o imágenes de colores ocre. No dejemos la decoración de la casa sólo para navidades, a los niños les encantará decorar la casa.
- Fiestas de otoño: no te las pierdas. Da igual que celebres Halloween, la Castanyada o la que sea.
- Salir a recoger hojas secas, castañas y piñas: esta actividad le encantará a los niños y podremos utilizar las hojas para decorar la casa. Con hojas, pintura y un poco de imaginación podremos crear multitud de personajes otoñales.
- Recoger setas: ya sabéis, coged solamente las setas que conozcáis y enteraos antes de coger si se necesita licencia y qué cantidad puedes llevarte.
- Visitar un hayedo: arriba os hemos pasado una lista de los hayedos más famosos. Recordad que es posible que encontréis mucha gente.
- Una buena comida: cuando empieza a hacer fresco apetece más salir a dar una vuelta al monte y luego tomarse un buen plato de puchero, ¿o no? Qué me decís de un cocido o unos judiones de La Granja.
- Hacer un seguimiento de los cambios otoñales: ¿qué cantidad de hojas mantienen los árboles? ¿cuántas hojas hay en el suelo? ¿cómo evolucionan las temperaturas? ¿a qué hora se pone y sale el sol? ¿cómo ha cambiado la cantidad de árboles que ves?
- Pasar el fin de semana en una casita rural: ¿qué me dices? Una casa alejada de la ciudad, con chimenea y un clima fresco desde la que poder hacer salidas al campo y disfrutar de la tranquilidad.
Fotografía: Nuria Llopart.
Imagen Hojas Secas: Foto @martingarri, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0
Imagen Castañada: Foto @ajesplugues, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0